sábado 1 febrero 2025
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La justicia declara despido nulo para una trabajadora embarazada que fue coaccionada para firmar la baja voluntaria

La trabajadora fue coaccionada y amenazada para que firmara la baja voluntaria.

El Tribunal Superior de Justicia de La Rioja ha declarado nulo el despido de una gerocultora, quien firmó una baja voluntaria bajo coacción. A la empleada, que estaba embarazada, se le presionó para dimitir mediante amenazas de despido y denuncias. Tras la demanda de la trabajadora, el tribunal ordenó su readmisión, condenando a la empresa a pagarle los salarios de tramitación e indemnizarla con 7.500 € por daños morales. El tribunal argumentó que la firma se realizó bajo intimidación, lo cual invalida su validez legal.

La trabajadora estaba sustituyendo a otra trabajadora

Esta trabajadora tenía un contrato de sustitución, ya que estaba sustituyendo a otra trabajadora. Durante el proceso de selección ella ya tenía conocimiento de que estaba embarazada, algo que obviamente no tenía por qué comunicarlo y tampoco se puede preguntar en una entrevista de trabajo. Igualmente, la trabajadora fue calificada como apta para el desempeño de su trabajo por la mutua.

Sin embargo, como se puede consultar en la sentencia 232/2024, la trabajadora comunicó su estado a su supervisora y fue llamada al despacho de la directora.

Fue obligada a firmar una carta de baja voluntaria

Dado que esta trabajadora que estaba sustituyendo a otra trabajadora en un futuro causaría otra baja y por lo que deberían contratar a otra trabajadora para sustituir a la que sustituye, la empresa la coaccionó para firmar una carta de baja voluntaria y así ahorrarse la indemnización por despedirla.

¿Cómo la amenazaron? Pues le indicaron que si no lo firmaba la iban a despedir y que sería justificado y que no solo eso, que luego la iban a denunciar a la Guardia Civil, por no haber informado previamente a la contratación de que estaba embarazada.

Lógicamente, ante estas amenazas, la mujer se vio obligada a firmar esa carta de baja voluntaria, a pesar de que no quería renunciar a su puesto.

Argumentos de la empresa y fallo final

La empresa había apelado, alegando que la dimisión fue voluntaria y que la trabajadora no informó de su embarazo al ser contratada. Sin embargo, el tribunal desestimó el recurso, confirmando que la dimisión no fue un acto libre y que la situación constituyó una discriminación por embarazo. Según la jurisprudencia, la coacción anula la validez de una dimisión, y en este caso, la trabajadora fue claramente intimidada para que renunciara a su empleo.

¿Cómo se probó que hubo coacción en esta baja voluntaria?

Una buena prueba hubiera sido que esa reunión hubiera sido grabada por la propia trabajadora, porque recuerda que es legal grabar conversaciones con tu jefe.

Sin embargo, la prueba la consiguió su pareja, pues tras haber firmado, llamó llorando a su pareja y padre del hijo, para informarle de lo sucedido.

Fue su pareja quien se presentó horas más tarde en la residencia, exigiendo hablar con las supervisoras. En la conversación mantenida y que el mismo grabó, se mostró disgustado con la decisión, y argumentó que su mujer en el fondo no quería dejar su trabajo.

Esta grabación fue impugnada por la empresa, ya que en dicha conversación no participaba la trabajadora, sino su pareja, quien testificó en el juicio, razón por la que el Tribunal ha determinado que la grabación no era necesario ni proporcional como prueba, ya que la declaración testimonial era más que suficiente para demostrar lo ocurrido. Por tanto, confirma el despido nulo y tendrán que readmitir a la trabajadora en su puesto.

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