La reforma laboral llevada a cabo por el Gobierno en 2022 trajo consigo un crecimiento de los contratos indefinidos, tal y como reflejan las estadísticas de empleo. El contrato indefinido ha pasado de apenas llegar al 10% de las nuevas contrataciones a alcanzar al menos el 50%.
Acabar con la temporalidad y lograr la estabilidad laboral de los trabajadores fue uno de los objetivos que la ministra de trabajo, Yolanda Díaz, quería alcanzar. Si bien paralelamente han aumentado los despidos disciplinarios y los despidos por no superar el periodo de prueba.
Las empresas han encontrado el modo de convertir las contrataciones indefinidas en falsas contrataciones temporales.
Entre enero y julio de 2023, se han registrado, según los datos de la Seguridad Social, 414.413 despidos por no superar el periodo de prueba a trabajadores con contrato indefinido (38.076 en el mismo periodo año 2021), por 280.877 despidos disciplinarios (106.679 2021).
Un registro que supone un aumento del 200% respecto a los mismos 7 meses de 2021, antes de la reforma laboral.
Despido disciplinario y no superar el periodo de prueba como forma de despedir a un indefinido
Ambas formas de poner fin a la relación laboral por parte de la empresa están recogidas en el Estatuto de los Trabajadores.
Las consecuencias para los trabajadores en ambas es la misma, no tienen derecho a indemnización (si tendría derecho a finiquito).
En el caso de los despidos por no superar el periodo de prueba, la empresa ni siquiera tiene que justificarlos, simplemente indica que no se ha superado el periodo de prueba y se pone fin a la relación laboral.
Un periodo que puede oscilar hasta los 2 y 6 meses de duración, por lo que las empresas contratan para cubrir un puesto por periodos temporales con contratos indefinidos y luego indican que no se ha superado el periodo de prueba.
Se ahorrarían, por ejemplo, pagar la indemnización que corresponde por fin de contrato laboral, que es de 12 días de salario por año de servicio.
Mientras que en el caso de los despidos disciplinarios, la empresa debe indicar en la carta de despido los motivos por los cuales el trabajador es despedido. Estos motivos están recogidos en el artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores; faltas repetidas e injustificadas de asistencia, desobediencia u ofensas verbales o físicas al empresario o al resto de los trabajadores, aunque también hay que consultar que recoge el convenio colectivo aplicable.
En esta última ocasión, el trabajador sí podría optar a indemnización, pero para ello deberá impugnar su despido, primero en el acto de conciliación, presentando la papeleta de conciliación para acudir al CMAC o SMAC y en caso de no llegar a un acuerdo, acudir a los juzgados. Será la empresa la que deba demostrar/justificar el despido ante un juez y en caso de no poder hacerlo, se declarará el despido como improcedente, concediendo la indemnización correspondiente.
Despido reparativo
A principios de 2023, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, propuso el denominado despido reparativo para acabar con los despidos injustificados y que la indemnización no solo se base en la antigüedad del trabajador de la empresa, sino que se tenga en cuenta la edad del trabajador, así como otros factores como el sexo, la formación, las circunstancias personales y familiares o la dificultada para reincorporarse al mundo laboral.
Una medida que por parte de los sindicatos sería bien recibida, pues tanto UGT y CCOO denunciaron ante el Comité Europeo de Derechos Sociales a España por la baja cuantía de las indemnizaciones por despido. Indemnización que fueron rebajadas tras la reforma llevada en el año 2012, haciendo fácil y barato despedir a un trabajador.