El ministro José Luis Escrivá  y los agentes sociales alcanzaron un acuerdo a finales de junio sobre el primer paquete de la futura reforma de las pensiones. Este primer paquete se espera que entre a vigor antes de acabar el presente año y supondrá entre otras cosas que las pensiones se revaloricen con el IPC. Con este primer bloque dará comienzo la reforma de las pensiones para progresivamente ir adoptando las medidas acordadas en el Pacto de Toledo.

Ya este año los pensionistas vieron incrementada su pensión un 0,9% más en el régimen general y un 1,8% en las no contributivas, lo que supuso un incremento de entre 2 y 11 euros.

De esta forma a partir del 1 de enero de 2022 los pensionistas verán incrementada sus pensiones entre un 1,6 y un 2% teniendo en cuenta el valor del IPC medio en 2021. Desde el Gobierno quieren garantizar con esta medida el poder adquisitivo de los pensionistas, ya que estas solo podrán mantenerse o subir, pero nunca bajar con el IPC.

Esto quiere decir que en el caso de que los precios hayan caído en lugar de subir, se mantendrán intactas.

Supondrá un aumento en el coste de las pensiones.

Esta subida supondrá un gasto entre los 2.000 y 2.500 millones de euros, un duro «golpe» para la hucha de las pensiones. Sobre todo cuando uno de los objetivos de José Luis Escrivá es reducir el déficit que tiene ahora mismo su ministerio y que en gran parte son por las pensiones y los gastos impropios.

Esta subida que será la más cara para el Gobierno en la última década, es consecuencia del Pacto de Toledo cuyo principal objetivo desde la llegada de Unidas Podemos y PSOE al Gobierno ha sido derogar el índice de Revalorización de las Pensiones (IRP) que aprobó el Partido Popular en su reforma de 2013, que solo subía las pensiones un 0,25% debido al elevado déficit de la Seguridad Social.