Desde que se decretó el estado de alarma por la pandemia del coronavirus en España, las oficinas públicas tuvieron que echar el cierre, lo que provoco a marchas forzadas que todos sus empleados realizaran teletrabajo con apenas infraestructuras, lo que perjudico la realización de sus funciones.
Además de esto, también se aumentó la carga de trabajo por los ERTEs masivos que se fueron acumulando, entre errores en las tramitaciones, y la falta de personal, todavía hay trabajadores que no han recibido su prestación.
Unos meses que fueron una auténtica pesadilla tanto para los trabajadores como para los propios interesados, que veían muy complicado realizar las gestiones telemáticamente y como la vía telefónica siempre estaba saturada y no eran atendidos por este medio, por lo que estaban esperando que las oficinas abrieran cuanto antes.
Desde el 25 de junio las oficinas públicas iniciaron su apertura en muchas zonas de España, siempre bajo la atención de cita previa y con medidas de seguridad ante el coronavirus, sin embargo, sigue existiendo el mismo problema que durante el estado de alarma. Hay un colapso en los trámites
No solo el SEPE está sufriendo este atasco, también la Seguridad Social, que con la puesta en marcha del Ingreso Mínimo Vital, trabaja también a marchas forzadas y aun así ya retrasa pagos de ayudas hasta los 3 meses.
Según han denunciado el sindicato de funcionarios CSIF, el INSS retrasa pagos de ayudas hasta 3 meses debido a la carga acumulada en una plantilla mermada en los últimos diez años.
No solo achacan el alto volumen de trabajo para una plantilla corta, también declarado que con la apertura de las oficinas se ralentizará aún más la corrección de los expedientes de miles de trabajadores en ERTE.
Los pagos que están sufriendo retrasos son los de ayudas por maternidad y paternidad, o las prestaciones por incapacidad, e incluso ya hay algunas incidencias con el nuevo Ingreso Mínimo Vital.
El SEPE por su parte sigue en un enorme caos por el pago de los ERTEs, todavía hay trabajadores que no han cobrado su prestación y lo que es peor aún, algunos aún no se les ha reconocido su inclusión en el ERTE. Desde el propio SEPE temen que esta situación sigue creciendo y más ahora con la aprobación de la prórroga de los ERTEs donde muchas empresas podrían acogerse lo que supondría otro aumento en la carga de trabajo.
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