sábado 1 febrero 2025
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Quiso “escarmentar” a sus compañeros que bebían de su botella añadiendo lejía y la justicia confirma su despido disciplinario

El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco confirma la procedencia del despido disciplinario a una trabajadora que puso lejía a su botella de agua para escarmentar a sus compañeros que bebían de ella.

El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ha confirmado la procedencia del despido de una trabajadora que, en un intento de «escarmentar» a sus compañeros, colocó lejía en una botella de agua marcada con su nombre. La sentencia ratifica el fallo inicial del Juzgado de lo Social 4 de Donostia-San Sebastián, que declaró que la decisión de la empresa era proporcional a la acción cometida.

Quien en su trabajo no tiene una zona de descanso para la pausa para el bocadillo o para almorzar, Normalmente, muchos trabajadores se traen la comida de casa y las dejan ahí, lógicamente marcándolas con su nombre para evitar que otros compañeros la cojan.

Sin embargo, parece ser que en este caso, los compañeros de esta trabajadora no lo respetaban y en repetidas ocasiones, bebían de la botella de esta trabajadora. Para dar un “escarmiento”y evitar que siguieran consumiendo de su botella, en noviembre de 2023 tomó la decisión de añadir una cantidad de lejía a su botella.

Una idea que en su cabeza seguramente nunca imaginó que iba a terminar con su despido.

El incidente y sus consecuencias

Dos días después de poner en marcha su plan anti “gorrones”, un compañero bebió de la botella y, al notar un sabor extraño, escupió el contenido. La trabajadora admitió haber colocado la lejía y expresó con desprecio «que se joda«. Aunque el trabajador fue atendido en urgencias, no se detectaron daños estomacales.

La empresa procedió a despedirla el 10 de noviembre de 2023, argumentando fraude, deslealtad y transgresión de la buena fe contractual. El Juzgado de lo Social 4 desestimó la demanda de la trabajadora contra la empresa, declarando el despido como procedente.

Argumentos de la trabajadora y respuesta del TSJPV

En su recurso, la empleada sostuvo que la sanción de despido vulneraba el principio de proporcionalidad y que su intención no era lesionar a sus compañeros, sino advertirles. Subrayó que al etiquetar la botella con su nombre, demostraba falta de intención lesiva. Además, enfatizó que no había habido consecuencias físicas y que nunca había sido sancionada previamente.

El TSJPV rechazó estos argumentos, afirmando que el despido era una respuesta adecuada a la gravedad del hecho. El tribunal resaltó que la acción fue «consciente y voluntaria», y que, aunque no se produjeran lesiones, el potencial de daño fue significativo. La decisión de la empleada supuso una falta de buena fe, un elemento fundamental en cualquier contrato laboral.

El tribunal desestimó que la ausencia de daño real, la falta de sanciones previas o la identificación de la botella fuesen razones suficientes para atenuar la medida disciplinaria. Sin embargo, para el TSJPV lo importante es que la trabajadora puso en riesgo la salud de su compañero por una tontería.

No es la primera vez que llega a los juzgados un despido por envenenamiento, en 2023, un trabajador fue detenido y despedido por envenenar el agua de su compañero tras una disputa. Aunque en esa ocasión, el trabajador había vertido amoniaco y disolvente y no fue para evitar que bebería de su botella, lo vertió en la del compañero.

 

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