Las oficinas de Empleo de España apenas consiguen reinsertar a los desempleados al mundo laboral.
En primer lugar, no hay que confundir las Oficinas de Empleo con el SEPE. Aunque ambos organismos comparten oficina, la primera es gestionada por las comunidades autónomas y se encargan de todo lo relacionado con el mundo laboral. Al contrario que el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) que es el encargado de las prestaciones y demás ayudas disponibles en España
Sólo 2 de cada 100 desempleados encuentran empleo por medio de las oficinas públicas de empleo.
Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE), apenas un 2% de los desempleados ha conseguido un trabajo siendo intermediario la oficina de empleo. Una tasa que inserción que apenas ha variado en los últimos años.
Estos son los datos que ha devuelto 2020, un año marcado por la pandemia, en la que apenas 316.00 desempleados consiguieron un trabajo por medio de las oficinas públicas de empleo.
Las ETT tienen mayor éxito de inserción.
Estos datos se alejan de los conseguidos por las Empresas de Trabajo Temporal (ETT), que cerraron 2020 con una tasa de intermediación del 3,5%.
Como resultado, 561.000 desempleados encontraron trabajo gracias a las empresas de colocación.
Políticas de Empleo poco eficaces.
Los desempleados apenas acuden a las oficinas de empleo para solicitar un puesto de trabajo. Según las encuestas, muchos desconocen que las oficinas de empleo gestionan ofertas de trabajo.
El Gobierno ya trabaja para solucionar este problema, a finales del año pasado el SEPE y el IEF firmaron un convenio para realizar un estudio sobre la efectividad de las actuales políticas activas de empleo.
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, por su parte ya ha planteado nuevas estrategias de empleo. Estas estrategias no solo incluyen mejorar la tasa de inserción de las oficinas de empleo, también mejorar la calidad de empleo de este, bajando la precariedad y temporalidad laboral.
En España el 90 % de los contratos que se firman son temporales, una situación que se ha visto agravada por la pandemia del coronavirus. La tasa de temporalidad antes de la pandemia se situaba en un 89% y estaba registrando una recuperación laboral aumentando el número de contratos indefinidos.
Fuente: INE