El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha comunicado que esta semana se firmará el esperado acuerdo entre el Gobierno, sindicatos y la patronal para permitir la compatibilidad entre trabajo y pensión. Este acuerdo forma parte de la última fase de la reforma del sistema de pensiones, impulsada inicialmente por José Luis Escrivá.
Es cierto que actualmente es posible compatibilizar la pensión y un trabajo, es lo que conocemos como jubilación activa, que permite seguir trabajando y cobrar el 100% de la nómina, pero en el caso de la pensión solo la mitad. Además, a pesar de alargar la vida laboral, esta demora en la jubilación por esta vía no se traduce luego en una mejora de la pensión. De la misma forma está la jubilación parcial, tanto con contrato de relevo como sin contrato de relevo. Ahora, con la nueva reforma se mejorará tanto el acceso a estas modalidades como las condiciones.
Sánchez destacó que esta nueva reforma permitirá a miles de ciudadanos recibir una pensión digna mientras continúan trabajando. Aunque no ofreció más detalles, fuentes sindicales y de la Seguridad Social confirmaron que el acuerdo regula cómo los trabajadores podrán cobrar el 100% de su pensión si permanecen activos durante cinco años después de alcanzar la edad legal de jubilación.
Progresión de los porcentajes de pensión
El nuevo esquema propone un sistema de porcentajes graduales para aquellos que deseen trabajar más allá de la edad de jubilación ordinaria:
- 45% de la pensión con un año de demora.
- 55% con dos años.
- 65% con tres años.
- 80% con cuatro años.
- 100% con cinco años de trabajo adicional.
Esta estructura proporciona flexibilidad a los trabajadores para decidir cuándo y cómo acceder a su pensión completa, dependiendo del tiempo que opten por seguir en el mercado laboral.
Reforma de la jubilación parcial y activa
Otra parte importante del acuerdo es la revisión de la jubilación parcial y activa. Se extenderá de dos a tres años la posibilidad de anticipar la jubilación parcial, con límites específicos en la reducción de la jornada laboral. Además, se mejoran las condiciones del trabajador relevista, que deberá ser contratado de manera indefinida y a tiempo completo.
En cuanto a la jubilación activa, se implementarán incentivos adicionales para quienes retrasen su retiro. Se ofrecerá un incentivo extra cada seis meses a partir del segundo año de demora, en lugar de hacerlo cada 12 meses como estaba previamente establecido.
Mejoras en la seguridad laboral y siniestralidad
El acuerdo también contempla la reactivación de incentivos a empresas que disminuyan su siniestralidad laboral. Un sistema objetivo permitirá clasificar a las empresas en función de su tasa de accidentes laborales y enfermedades profesionales, determinando así el derecho a recibir incentivos que podrán alcanzar hasta un 8% si se mantienen en la clasificación máxima.
Nuevos coeficientes reductores de la edad de jubilación
Se introducen también coeficientes reductores para adelantar la jubilación en sectores con actividades peligrosas o penosas. Estos coeficientes se basarán en la incidencia de bajas médicas, incapacidades permanentes y fallecimientos relacionados con el trabajo, ayudando a establecer una edad de retiro más temprana para ciertos colectivos.
Colaboración con mutuas y evaluación de incapacidad temporal
Otro aspecto destacado es la mejora en la colaboración entre las mutuas y los servicios públicos de salud en casos traumatológicos. Las mutuas podrán realizar pruebas diagnósticas en patologías traumatológicas, siempre con el consentimiento de los trabajadores.
Este acuerdo representa un paso significativo en la reforma de las pensiones y busca modernizar y flexibilizar el sistema, facilitando la compatibilidad entre el empleo y la jubilación.