El Tribunal Superior de Justicia de La Rioja (TSJ) ha dado un giro al caso de un técnico de telefonía despedido tras un altercado que terminó en el fallecimiento de otro conductor. La Sala de lo Social ha revocado la sentencia previa de un juzgado de Logroño, declarando improcedente el despido disciplinario y condenando a la empresa a readmitir al trabajador o indemnizarle con 3.585,12 euros, además de abonar los salarios no percibidos.
El incidente: una pelea con trágico desenlace
Los hechos ocurrieron el 29 de junio de 2023, cuando el trabajador, mientras conducía un vehículo de empresa hacia la casa de un cliente, se vio involucrado en una disputa vial. La discusión, iniciada dentro de los vehículos, escaló hasta convertirse en una pelea física. El altercado terminó cuando el otro conductor al caer al suelo falleció y el trabajador se marchó sin socorrerle.
El despido y sus argumentos
Ante estos hechos, la empresa le entrego el 30 de junio la carta de despido disciplinario, justificando la decisión de despedir al técnico, calificando lo sucedido como una «grave transgresión de la buena fe contractual». En su carta de despido argumentó que el comportamiento del trabajador, que involucró “hechos intolerables”, dañaba la imagen y reputación de la compañía. Además, señalaba que este incidente había causado perjuicio al cliente que no fue atendido, así como la retención del vehículo de trabajo.
Un juzgado de primera instancia en Logroño respaldó el despido, considerando que el trabajador incurrió en una falta “muy grave” al abandonar sus funciones y que su altercado con otra persona tuvo consecuencias perjudiciales para la empresa. El trabajador, no conforme con esta decisión, decidió recurrir la sentencia.
La decisión del TSJ: improcedencia del despido
El TSJ de La Rioja en su sentencia 157/2024 ha rechazado esta interpretación. Según su análisis, los hechos, aunque lamentables, no constituyen una “grave transgresión de la buena fe contractual” bajo el Estatuto de los Trabajadores. La Sala señala que el incidente ocurrió durante un breve periodo de tiempo y estuvo motivado por razones ajenas a la actividad laboral del técnico.
Además, el tribunal argumenta que la furgoneta no quedó abandonada negligentemente en la vía pública, sino estacionada de manera adecuada mientras la policía actuaba. El daño a la reputación de la empresa, alegado por el empleador, es considerado por los magistrados como resultado de un desenlace fatal ajeno al control del trabajador.
La muerte del otro conductor constituye un caso fortuito
El TSJ subraya que la muerte del otro conductor constituye un caso fortuito y no imputable al técnico. Según los magistrados, el comportamiento del trabajador podría calificarse, como mucho, de una infracción leve bajo la normativa sectorial aplicable, que contempla sanciones por abandonos breves del puesto de trabajo que causen algún perjuicio.
Por tanto, la Sala concluye que el despido disciplinario fue desproporcionado y ordena su readmisión en las mismas condiciones laborales o el pago de una indemnización.
No obstante, la sentencia no es definitiva y la empresa puede recurrirla ante el Tribunal Supremo, que en caso de hacerlo será quien decida si revocar esta última sentencia y declarar el despido como procedente.