Si has recibido tu nómina de noviembre y has notado que tu sueldo ha sido inferior a lo que suele ser habitual, no entre en pánico al menos de momento. Esta situación se debe a la regularización del IRPF que las empresas realizan al cierre del ejercicio fiscal. Este ajuste no es obligatorio, pero muchas empresas lo aplican para evitar que sus empleados enfrenten sorpresas desagradables en la declaración de la renta del año siguiente.
Este ajuste lo puedes notar tanto en la nómina de noviembre como en la nómina de diciembre. El experto en temas fiscales Jose Ramón López Martínez, más conocido como “tu_blog_fiscal” que suele publicar consejos a través de las redes sociales, lo ha explicado en un vídeo.
El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) es un tributo progresivo que grava los ingresos de los trabajadores según sus circunstancias personales y familiares. A lo largo del año, las empresas calculan retenciones basadas en los datos iniciales proporcionados por el empleado, pero estas pueden variar si las condiciones cambian.
Ver esta publicación en Instagram
¿Qué es la regularización del IRPF?
La regularización del IRPF consiste en ajustar las retenciones fiscales en función de los ingresos reales obtenidos durante el año. Aunque las empresas aplican retenciones periódicas según una previsión inicial, al final del ejercicio es común que estas retenciones no coincidan con la base imponible definitiva.
Entre los factores que pueden desencadenar la regularización se incluyen:
- Contratos temporales prolongados: Los contratos de duración inferior al año suelen tener una retención mínima del 2%. Si el contrato se extiende o se convierte en indefinido, las retenciones deben ajustarse.
- Bonificaciones o pagas extras: Ingresos adicionales no contemplados inicialmente pueden alterar la base imponible.
- Cambios laborales o ingresos adicionales: Si el trabajador cambia de empleo o recibe ingresos de otras fuentes, las retenciones deben ser recalculadas para evitar discrepancias con Hacienda.
El objetivo de esta medida es garantizar que, al finalizar el año, las retenciones acumuladas se ajusten a los ingresos anuales del trabajador, evitando que el contribuyente tenga que pagar de más al hacer la declaración de la renta.
¿Qué puede hacer el trabajador para controlar su IRPF?
Aunque la regularización es responsabilidad de la empresa, los trabajadores también pueden tomar medidas para ajustar el cálculo del IRPF:
- Comunicar cambios personales o familiares: Notifica a la empresa cualquier variación significativa en tu situación, como el nacimiento de un hijo, el cuidado de un familiar mayor de 65 años o el reconocimiento de una discapacidad. Para esto, debes presentar el Modelo 145 de Hacienda.
- Solicitar un ajuste voluntario de retenciones: Si prevés un aumento de ingresos anuales o ingresos adicionales porque, por ejemplo, trabajas para otra empresa, puedes pedir que la empresa aplique un porcentaje de retención mayor, evitando posibles sorpresas en la declaración de la renta. Puedes utilizar la herramienta online que te ayudará a calcular cuál es tu IRPF.
- Revisar periódicamente la nómina: Asegúrate de que las retenciones aplicadas sean las correctas con tus ingresos y circunstancias personales.