Un trabajador de Mercadona fue despedido por intentar llevarse más barato un calamar, tras haberlo pesado después de haberlo limpiado. A pesar de esta “picaresca” por parte del trabajador que iba en contra de las normas, la justicia ha declarado que no es suficiente motivo para justificar su despido.
Así, su despido fue declarado improcedente, condenando a la cadena de supermercado de Juan Roig a elegir entre readmitir al trabajador o bien abonarle una indemnización de 15.006,42 euros.
Generó el ticket tras limpiar el calamar para que pesara menos y le saliera más barato
El trabajador, contratado desde abril de 2015 como Gerente A, fue despedido el 2 de octubre de 2021. El motivo no fue otro que haber manipulado el peso de un calamar para reducir su coste. Pero además, el empleado no había seguido el procedimiento establecido, ya que se sirvió él mismo, pesó el calamar y generó el ticket de compra, cuando debería haberlo hecho su compañero/a.
Al finalizar la jornada y dirigirse a caja para pagar el producto, la coordinadora solicitó a otra compañera que cogiera otro calamar similar, lo pesara, limpiara y pesara nuevamente. Fue entonces cuando se descubrió que el trabajador para realizar el ticket utilizó el peso después de limpiarlo y no, como dictan las normas, el peso del producto en sí, existiendo una diferencia de peso de 320 gramos.
Por este motivo, en octubre de 2021 se le entregó la carta de despido disciplinario sin derecho a indemnización. El trabajador, no conforme con la decisión empresarial, decidió impugnar su despido, despido que ha llegado hasta el Tribunal Superior de Justicia de Canarias.
Su despido pasó de procedente a improcedente
El trabajador demandó a Mercadona, alegando que no hubo fraude o abuso de confianza, aunque sí reconoció incumplir el protocolo, pero negó actuar con intención fraudulenta. Pero además argumento que su conduta era constitutiva de una falta grave, pero no de una muy grave que justificara su despido.
No obstante, a pesar de estas alegaciones, el Juzgado de lo Social número 7 de Las Palmas de Gran Canaria declaro su despido como procedente, al considerar probado el incumplimiento del procedimiento interno.
Fue entonces cuando decidió recurrir al Tribunal Superior de Justicia de Canarias, que sí acepto los argumentos del trabajador, destacando que no se demostró un fraude o abuso de confianza y que tampoco la empresa había probado que el peso del producto fuera manipulado maliciosamente. No fue el caso, por ejemplo, del trabajador de Alcampo, que sí se pudo demostrar que manipuló el precio de un Salmón para llevárselo por solo 28 céntimos y cuyo despido si fue declarado procedente.
Por ello, en su sentencia 1139/2022 declaró el despido como improcedente, condenando a Mercadona a elegir, entre readmitir al trabajador y abonarle los salarios de tramitación a razón de 69,96 euros diarios o bien indemnizarlo con 15.006,42 euros en caso de no optar por la readmisión.