Un caso de despido por bajo rendimiento voluntario que ha llegado hasta el Tribunal Supremo. ¿La razón? La trabajadora fue despedida por la empresa alegando que en comparación con su compañero había escaneado menos documentos.
El Supremo a puesto punto y final a esta batalla judicial que se inició en 2022 y que confirma el despido procedente por bajo rendimiento de la trabajadora. De modo que la trabajadora que llevaba en la empresa desde 2008 como administrativa, no recibirá ninguna indemnización, ya que se trata de un despido disciplinario por bajo rendimiento voluntario.
Análisis del despido
La trabajadora había estado en situación de incapacidad temporal (IT) entre noviembre de 2020 y mayo de 2022, y disfrutó de vacaciones tras su alta. A su regreso, se le asignaron labores de digitalización documental, que según la empresa desempeñó de forma deliberadamente lenta.
Para llegar a esta conclusión, la empresa comparo su rendimiento con el de otro compañero que tenía asignadas las mismas funciones y que en el mismo periodo analizado (5 días), logró digitalizar 1.304 documentos, mientras que la trabajadora despedida solo escaneó 155 documentos.
En la carta de despido disciplinario se señalaba que este número representaba una relentización voluntaria por parte de la trabajadora y que no estaba justificado. La trabajadora, al no estar de acuerdo con su despido, decidió demandar a la empresa por despido improcedente.
Tanto el Juzgado de lo Social número 2 de Santander como el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria dieron la razón a la empresa al considerar que existía una comparación válida entre la trabajadora y su compañero y la trabajadora no pudo justificar razonadamente a que se debía ese rendimiento inferior.
El recurso ante el Supremo
La trabajadora presentó un recurso de casación para la unificación de doctrina, alegando contradicción entre la sentencia del TSJ de Cantabria y un fallo anterior del TSJ de Madrid que abordaba la evaluación del rendimiento en casos similares.
El Supremo, sin embargo, tal y como indica en su resolución de 16 de octubre de 2024, inadmitió el recurso al considerar que no existía contradicción sustancial entre los casos comparados. Según el alto tribunal, en el caso de la trabajadora, sí existía un análisis comparativo detallado entre su rendimiento y el de otra empleada, lo que justificaba la decisión empresarial.
Además, el Supremo desestimó los argumentos sobre el impacto del cambio de funciones, señalando que esta cuestión no fue planteada en instancias previas, lo que impide su valoración en casación.
Por tanto, declara la firmeza de la sentencia y confirma el despido procedente por bajo rendimiento voluntario.