El Tribunal Superior de Justicia de Galicia ha confirmado el despido disciplinario de un trabajador de MediaMarkt. ¿La razón? Había estado realizando operaciones fraudulentas durante años, causando un perjuicio económico de 468.705,55 euros a la empresa.
A pesar de este gran perjuicio económico, el trabajador impugnó su despido alegando que sus faltas ya habían prescrito. Es más, alegaba que esa pasividad de no haberlo advertido anteriormente era una clara evidencia de una tolerancia por parte de la empresa, sin embargo, fue sancionado directamente con el despido.
¿Cómo logró estafar a MediaMarkt los 468.705,55 euros?
El trabajador llevaba en la empresa desde finales de agosto desde 2017 y ostentaba el cargo de profesional responsable del departamento B2B, el cual está destinado a las empresas y autónomos.
Utilizado diversas tácticas fraudulentas como:
- Falsas ventas a crédito: Realizó pedidos a nombre de empresas ficticias o reales sin autorización, retirando productos del almacén y generando deudas no reconocidas por los supuestos clientes.
- Pedidos online simulados: Creaba pedidos a su nombre o de terceros, recogía la mercancía y luego cancelaba las órdenes, sin pagar por los productos.
- Ventas ficticias a empresas de renting: Solicitaba créditos a través de empresas de renting, retiraba mercancías y generaba documentos fraudulentos.
- Manipulación de inventarios: Retiraba productos sin procesar las ventas por caja, generando diferencias significativas en el inventario.
Las investigaciones revelaron que estas prácticas databan de 2020, intensificándose en los años siguientes.
La reacción de MediaMarkt
El fraude fue detectado tras un análisis interno y una auditoría en 2023. Además, el trabajador reconoció parte de los hechos en una conversación grabada, lo que aceleró las medidas disciplinarias. En mayo de 2023, MediaMarkt procedió a su despido por faltas graves y muy graves, amparándose en el Estatuto de los Trabajadores y el Convenio Colectivo de Grandes Almacenes.
Impugnó su despido alegando que las faltan habían prescrito y que hubo tolerancia
El trabajador impugnó el despido alegando supuesta tolerancia de la empresa, ya que la empresa conocía su manera de trabajar desde hace tiempo y no tomó medidas, lo que implicaría una aceptación tácita de sus actos.
También argumento que dado que las irregularidades se conocían desde junio de 2022 y el despido no se realizó hasta mayo de 2023, las faltas habían prescrito.
Sus alegaciones fueron desestimadas tanto por el Juzgado de lo Social como recientemente por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia en su sentencia 4441/2024, en el que subraya, que la prescripción comienza cuando la empresa tiene conocimiento completo de los hechos, lo cual ocurrió en marzo de 2023, tras una auditoría interna y la admisión de los hechos por parte del trabajador, por tanto, esas faltas no estaban prescritas.
De modo que confirmó el despido procedente sin derecho a indemnización para este trabajador.