No todo iban a ser malas noticias para los autónomos con la entrada del nuevo año 2025, con la subida que muchos pueden experimentar en sus cuotas de autónomos. Con la llegada del nuevo año también hay buenas noticias y todo gracias a la Directiva de la Unión Europea 2020/285 del Consejo de 18 de febrero de 2020.
Esta directiva ya estaba vigente en diferentes países de la Unión Europea y España, como lo pondrá en marcha a partir de 2025, tras un pequeño tirón de orejas por parte de Europa. Así, con la entrada en vigor de esta nueva medida, el Ministerio de Hacienda busca facilitar la gestión fiscal y reducir las cargas administrativas de los trabajadores autónomos. ¿Cómo? Poniendo en marcha el conocido IVA franquiciado.
IVA franquiciado: ¿en qué consiste?
El IVA franquiciado es un régimen especial que simplifica las obligaciones fiscales de autónomos y pequeñas empresas, permitiéndoles evitar el pago del IVA trimestral si sus ingresos anuales no superan los 85.000 euros.
Funcionamiento del régimen de IVA franquiciado
Con este nuevo sistema, los autónomos que cumplan con los requisitos no deberán presentar los modelos 303 y 390, lo que representa una simplificación importante en su gestión. Además, podrán emitir facturas sin incluir el IVA, aunque esto está limitado a ciertas actividades y condiciones.
Sin embargo, estos trabajadores deberán presentar una ‘Declaración Anual de Ventas‘ para demostrar que sus ingresos no exceden el umbral de 85.000 euros, pudiendo llegar hasta 100.000 euros si se justifica actividad intracomunitaria.
Requisitos adicionales para acogerse al IVA franquiciado
Los autónomos interesados en este régimen deben cumplir con ciertos criterios:
- No haber realizado operaciones con IVA a tipo reducido o superior en el ejercicio en curso o anterior.
- No ejercer actividades incluidas en el Anexo I de la Ley del IVA, como suministro de servicios básicos o productos de lujo.
Ventajas y desventajas del IVA franquiciado
El principal beneficio de este régimen es la reducción de trámites fiscales, ya que elimina la obligación de presentar el modelo 303 trimestral. También ofrece una ventaja competitiva al permitir precios más bajos, entre un 4% y un 21%, al no incluir el IVA en las facturas. Esta situación favorece a los autónomos en un entorno de competencia.
Otra ventaja es la menor carga administrativa y la reducción de los costes de gestoría, ya que solo se requiere una declaración anual. Además, el riesgo de sanciones por presentaciones tardías se disminuye notablemente.
No obstante, este sistema tiene inconvenientes y es que no se puede deducir el IVA soportado en gastos del negocio, lo cual puede afectar sobre todo a autónomos que tienen elevados costes en la compra de materiales para su negocio.
Además, seguirán siendo necesarias otras gestiones fiscales, como la declaración del IRPF y la correcta administración de otras deducciones aplicables.
Pérdida del derecho al IVA franquiciado
El derecho al IVA franquiciado puede perderse si el autónomo excede el límite de ingresos, cesa su actividad o decide renunciar voluntariamente al régimen mediante una declaración formal a la Agencia Tributaria.