Nuevos cambios se avecinan en el sistema de pensiones de la Seguridad Social tras reunirse con los socios de Gobierno y Bruselas. Este jueves, el ministro Escrivá se reunía con la vicepresidenta segunda y ministra de trabajo, Yolanda Díaz, y con la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra.

Para este viernes, Escrivá, ha convocado la mesa de negociación con sindicatos y empresarios para informarles como están las negaciones. Aunque todavía no hay acuerdo firme, el ministro espera cerrarlo en los próximos días.

Los nuevos cambios en las pensiones

En esta segunda pata de la reforma de las pensiones que se está negociando, entran aspectos que afectarán al cálculo de la pensión.

Años de cotización

Este es el punto más «caliente» de cara a reformar las pensiones, ya que la idea de Escrivá es aumentar el cómputo para calcular la cuantía de la pensión. Actualmente, se utilizan los últimos 25 años, pero el ministro planteo que se consideren para el cálculo los últimos 30 años y que la Seguridad Social descarte de oficio los dos peores años.

Todo apunta a que el ministro ha rebajado su postura y ahora el planteamiento sería que el pensionista pueda elegir entre un cómputo de 25 a 29 años de cotización, excluyendo los dos peores.

Tope de cotizaciones más altas

En esta segunda parte de la reforma de las pensiones, se pretende eliminar el actual tope de las cotizaciones de los sueldos más altos. Actualmente, la base máxima de cotización por mes es de 4.139,40 euros o lo que es lo mismo, 49.672,8 euros al año.

La propuesta que hizo a finales de año fue la de elevar un 30% las bases máximas en las próximas décadas. En concreto, propone un incremento fijo de 1,154 puntos porcentuales desde 2025 hasta 2050 para situarlo bastante por encima de los 70.000 euros, a lo que hay que añadir la subida anual por la evolución de la inflación.

¿Qué efectos tendría eliminar el tope máximo de cotización?

En primer lugar, se elevaría la cuota a abonar a la Seguridad Social tanto por parte del empresario como por parte del trabajador, lo que supondría más ingresos para la administración.

El problema estaría, principalmente, en que aunque el trabajador cotizará por un importe superior, su futura pensión estaría «capada» por el límite que se establece cada año.

Actualmente, el trabajador que cotiza por la máxima, a la hora de su retiro, la cuantía máxima que puede cobrar es sensiblemente inferior a dicho importe. Pero al destapar las bases máximas de cotización, la diferencia entre estas dos cuantías, será, en algunos casos, más importantes.

En cierto modo, se desvincularía la pensión recibida con las cotizaciones realizadas, elemento defendido por el principio de contributividad.