A pesar de que los presupuestos Generales del Estado para 2021 incluyen varias subidas para el SEPE para pagar las prestaciones, indemnizaciones por despido y elevar la cuantía mínima del Ingreso Mínimo Vital y de las pensiones, no se ha incluido la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en línea con las fijadas durante los dos últimos años desde que Pedro Sánchez asumió la presidencia del Gobierno.
El Gobierno es consciente de que no es el mejor momento para subir el salario mínimo cuando muchas empresas están con la «soga al cuello» y los ERTEs están a la orden del día, por lo que se ha destinado una gran parte de los presupuestos al pago de prestaciones.
El futuro incremento ha quedado ligado a la recuperación económica tras las consecuencias negativas que ha tenido la pandemia del coronavirus en España y el resto del mundo, aunque Bruselas empuja para seguir aumentando el salario mínimo en la Unión Europea.
Con esta «congelación» del SMI no se llegará a situarlo en el 60% del salario medio antes de que finalice la legislatura como tenía previsto el Gobierno de coalición antes de la crisis del COVID-19, que tenían previsto subirlo de nuevo en 50 euros para situarlo en 1.000 euros en 14 pagas.
Aunque no se vaya a subir el salario mínimo el Gobierno apuesto por las políticas activas de empleo adjudicándoles 2.000 millones adicionales con respecto al ejercicio anterior, por lo que contaran en total con 7.700 millones.
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