El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha confirmado la condena de 21 meses y un día de prisión por un delito de estafa continuada. El condenado, un cabo del ejército de España de 46 años, recaudó dinero de sus compañeros engañándoles para qué realizarán aportaciones para costear el tratamiento de una supuesta enfermedad de su hija.
Las recaudaciones se llevaron a cabo a través de la creación de un grupo de WhatsApp donde se contaba la difícil situación económica que atravesaba y por la que no podría hacer frente el costoso tratamiento para su hija.
Los hechos probados
Durante la celebración del juicio se establecerían como hechos probados que este cabo del ejército español ideó un plan para enriquecerse de manera ilícita. Por ello, se acercó a un compañero de trabajo y le comunicó que estaba viviendo una situación económica delicada debido a la supuesta enfermedad de su hija. Al parecer, a su hija le habían detectado tumores en el riñón y debía someterse a un tratamiento muy costoso y que era fuera de España.
A raíz de este encuentro, se creó un grupo a través de la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp entre sus compañeros de establecimiento militar para solicitar aportaciones económicas. A través de este grupo, compañeros realizaron aportaciones que oscilaron entre los 40 y 1.000 euros.
Un artificio para obtener dinero ilícito
El condenado alegó que no fue él quien solicitó la apertura del grupo de WhatsApp para recaudar dinero, lo que, según su defensa, demostraría la ausencia de un ánimo recaudatorio por su parte. Sin embargo, la corte rechazó este argumento. El TSJM determinó que sí había ideado y puesto en práctica un artificio con el objetivo de hacer pasar por cierta una situación que no lo era.
Esto fue un mecanismo para inducir al error a sus compañeros, abusando de su buena fe y solidaridad. Como resultado, incurrieron en un grave error y realizaron transferencias de dinero en su beneficio, causando daño a sí mismos.
Aunque esta sentencia no es definitiva, ya que cabe recurso de casación ante el Tribunal Supremo, el TSJM ha dejado claro que en este caso se cumplieron todos los elementos del delito de estafa continuada. El condenado utilizó la mentira y el engaño para aprovecharse de la generosidad y solidaridad de sus compañeros, lo que lo condujo a una condena de 21 meses de prisión y un día.