La baja por riesgo de contagio de COVID-19 fue una de las medidas que el Gobierno puso en marcha durante la pandemia al considerar que los autónomos era una población de riesgo, sin embargo esta medida tras la finalización del estado de Alarma ha perdido su vigencia.
Esta prestación junto con la del cese de actividad, ayuda a muchos autónomos a hacer frente a la crisis económica derivada del coronavirus.
Al considerarse el contagio o aislamiento por coronavirus un accidente de trabajo, los autónomos que desde el año pasado cotizan por estas contingencias profesionales, estos quedaban protegidos ante este riesgo, es decir el autónomo desde el primer día pasaba a cobrar la prestación de Incapacidad Temporal por accidente de trabajo, cobrando el 75% de su base de cotización.
Sin embargo, los autónomos que se acogieran a esta prestación, no podían acceder, al mismo tiempo, a la prestación por cese de actividad, a pesar de que su negocio estuviera cerrado y no obtuvieran ningún tipo de ingreso, debían seguir pagando sus cuotas, no como en la prestación por cese de actividad que estos quedaban liberados de pagar su cuota.
Con el fin del estado de alarma y la «nueva normalidad» no fue necesario que esta medida fuese prorrogada, sin embargo con el nuevo avance del coronavirus elevando el número de contagios diarios, los autónomos ven necesario que esta prestación vuelva a entrar en vigor para aquellos autónomos que sean población de riesgo ante el virus, es decir aquellos que cumplen los siguientes factores de riesgo especificados por Sanidad.
- Personas que tienen más de 60 años.
- Enfermedades cardiovasculares e hipertensión arterial.
- Diabetes.
- Enfermedades pulmonares crónicas.
- Cáncer.
- Inmunodepresión.
- Embarazo.
La Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) esta a la espera de que el Gobierno tras los nuevos rebrotes dados en España y las medidas restrictivas que se seguirán tomando, vuelva a poner en marcha esta prestación.
