Los jóvenes alemanes estudian una profesión a la vez que trabajan, cobrando entre 400 € y 1.000 € mensuales.  Las empresas que imparten estas FP no reciben ningún tipo de incentivo por parte del gobierno y suelen incorporar el 66% de sus aprendices a sus plantillas.

Con la llegada del verano muchos jóvenes alemanes tienen una fecha importante apuntada en sus agendas, el 11 de agosto, pues la mayoría de las empresas de todo el país abren ese día el plazo para que los jóvenes puedan presentar sus solicitudes para conseguir una plaza de formación profesional dual, que consiste en que el alumnado a la vez que aprende una profesión en una escuela, trabajan en una empresa o en la Administración cobrando un salario desarrollando esa profesión.

En España lo más parecido fueron las escuelas taller, pero con la diferencia que estas venían subvencionadas y era la propia administración quien pagaba a los alumnos, en muchos casos los alumnos dejaron de recibir sus salarios, todo un fracaso marca ESPAÑA.

Sin embargo en Alemania este sistema funciona a la perfección, por ello se muestran sumamente orgullosos de él y la respuesta social de la juventud, ya que las empresas reciben una avalancha de peticiones. Casi la mitad de los jóvenes que acaban la E.S.O, ya que en Alemania quien termina una FP dual tiene un puesto de trabajo casi asegurado.

En la actualidad, hay 1,4 millones de aprendices cursando  estas FP dual, con una duración entre 2 y 3,5 años y capacitan  para 327 profesiones distintas. El propio Gobierno alemán reconoce que este sistema es la clave para que la tasa de paro juvenil en Alemania esté por debajo del 7% ( en España supera el 40%).

¿Cómo funciona?

Cuando un estudiante alemán termina la E.S.O, puede optar por seguir con el ciclo de bachillerato y universidad o bien  puede acudir a una escuela profesional a tiempo completo u optar a una plaza de formación dual.

Para conseguir una plaza de FP dual en Alemania los únicos requisitos son haber terminado la ESO y que el joven en cuestión haya sido admitido previamente por una compañía como aprendiz.

La búsqueda de esta plaza en una empresa se hace directamente por el estudiante en el 75% de los casos, y el resto son ayudados por las oficinas públicas de empleo a encontrar estas compañías dispuestas a formarlos. En el caso de la ciudad alemana de Hamburgo, por ejemplo, hace cinco años que crearon un centro de búsqueda de empleo solo para jóvenes. Una vez que han sido aceptados por la empresa, ésta les inscribe en la escuela profesional que les impartirá la parte teórica, al mismo tiempo que trabajan.

Lo normal es que los aprendices estén un tercio del tiempo en la escuela y los dos tercios  restantes en la empresa trabajando.  Este reparto se repite en la financiación del sistema, ya que el Estado aporta aproximadamente el 30% del coste de esta formación, a través de las escuelas, y las empresas invierten el 70% restante, costeando la totalidad de los salarios de sus aprendices, que varían según la profesión que se aprenda, entre los 400 € que puede cobrar un peluquero, los 800 € de un técnico comercial de seguros o finanzas, o los 1.000 € de un trabajador de la construcción de obra civil.

Al finalizar el periodo formativo, los alumnos deben aprobar un exhaustivo examen mitad práctico y mitad teórico para titularse, entre ellos el 66% conseguira unirse de manera inmediata a la empresa.

Las empresas no reciben ninguna compensación o beneficio fiscal por tener aprendices, Saben que la formación de jóvenes es una inversión de futuro para sus empresas. Una mentalidad que dista bastante en España.

¿Debería España  optar por imitar Alemania en la formación de jóvenes?   …………..